Hace dos semanas la pregunta era si iba a caer Artur Mas,
pese a su largo y tenaz esfuerzo por evitarlo. Ya ha caído. Hoy la incógnita es
si también va a caer Mariano Rajoy o va a haber repetición de las elecciones en
España. La cuestión es saber si van a ser necesarios tres meses y medio para
que Rajoy siga el camino de Mas o si todo será más rápido. A Rajoy le sucede
exactamente lo mismo que a Mas: solo le apoyan los suyos, y con los suyos no le
bastan para retener la presidencia. En su caso, ni con el añadido de
ciudadanos.
El gobernó de Mas va a ser sustituido por un ejecutivo catalán
formado a partir de la alianza entre convergencia y Esquerra republicana. Será por
lo tanto un gobierno de centro-izquierda, porque la alianza obliga a convergencia
a volver a sus originales ambivalencias socioliberales y a abandonar l orientación
neoliberal representada desde 2010 por Andreu Mas-Colell y el propio Mas.
La épica independentista catalana sirve para lo que sirve y
no solo convergencia y Esquerra le sacan rendimiento. Tanto como estos partidos
la explota el líder de ciudadanos, Albert Rivera, que recorre España agitándola
a su favor; y el propio PP, que la esgrime como si fuera su adversario cuando,
en realidad es quien más la ha promovido. Este es un dato que la opinión pública
no debería olvida: la crisis catalana es el resultado directo del empeño del PP
e atacar al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por su franco catalán.
Ahora, un Mariano Rajoy desprestigiado y desgastado por los escándalos
de corrupción que han proliferado en su partido mientras el presidia impasiblemente
la utiliza estos días como excusa para postular la unión sagrada de los partidos
españoles, siempre que sea dirigida por él, y para mantener un inmovilismo que
en realidad implica no afrontar la crisis catalana.
Mas allá de la excusa, el empeño del nuevo presidente de la
Generalitat, Carles Puigdemont, de aplicar e sus mismos términos la vía exprés
hacia la independencia diseñada por Mas, Junqueras y la CUP constituyen en
estos momentos unos de los principales obstáculos para que cuaje e el congreso
de los diputados la mayoría de Gobierno alternativa al PP. Pero es obvio que
tanto Convergencia como Esquerra les conviene PP pase a la oposición.
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