viernes, 1 de enero de 2016

¿Cómo se vivió el conocido "jueves negro"?

Tras la Primera Guerra Mundial, la situación en Europa era muy inestable. Las potencias principales de tiempos anteriores; es decir, Gran Bretaña, Francia y Alemania entraban en una decadencia económica.  Todas ellas estaban regidas bajo el “patrón oro”. Gran Bretaña, cuya economía se basaba en la industria textil y siderurgia, perdió el puesto de primera potencia mundial (convirtiéndose en la misma Estados Unidos), Francia vivió periodos de crecimientos y declives económicos y,  por último, Alemania se encontraba en una profunda decadencia tras el impuesto Tratado de Versalles.

Ante tal situación en Europa, en Estados Unidos la década de 1920 comienza con un periodo de gran prosperidad y desarrollo económico. Tras la Primera Guerra Mundial se produjo un decenio de crecimiento, principalmente en los sectores industriales y empresariales. Además se convirtió en el principal acreedor del mundo y su influencia en Europa era espectacular. A finales de la década, el crecimiento, que antes estaba basado en la industria comienza a depender de la especulación, llegando a intensificarse tanto que da comienzo a la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa de Estados Unidos y que dio lugar a la Crisis del 29, también conocida como la Gran Depresión.El crac del 29 fue uno de los hechos históricos sucedido más importantes del siglo XX, cuyas consecuencias afectaron no solo al país afectado, sino al resto del mundo.

El conocido “jueves negro” tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, el cual dio comienzo a la caída en la Bolsa de NuevaYork  y con ella el Crac del 29.Con él se dieron los primeros signos de verdadero pánico. El mercado abrió estable, con pocos cambios de precio, pero alrededor de las once de la mañana, se vio sorprendido por un número enorme de ventas procedente de todo el país. Durante la hora siguientes, los principales índices cayeron en un 20%, mientras que RCA, que marcaba la tendencia de la especulación, se desplomó más del 35%. La interrupción en las comunicaciones en el país a causa de las tormentas agudizó la sensación de pánico, y las líneas telefónicas estaban tan colapsadas que muchos inversores no pudieron ponerse en contacto con sus corredores de Bolsa. Los rumores acerca de la turbulencia del mercado se extendieron rápidamente por la ciudad y a mediodía la multitud comenzaba a concentrarse en Wall Street, pero el aspecto de aquellas personas no eran de agitadores, sino que  mostraban incredulidad ante el desplome bursátil. Un poco después del medio día los barones de Wall Street se reunieron y al poco tiempo salieron sin mediar palabra con los periodistas. En cambio Thomas Lamont dio una improvisada rueda de prensa en la que empezó diciendo “Ha habido un pequeño problema de ventas en la Bolsa” con el fin de tranquilizar al mercado. Pero lo que no anunció fue que los banqueros principales habían acordado crear un fondo común para mantener el poder adquisitivo y sostener el precio de las acciones. A la una y media, comienzan a realizarse órdenes de compra de enormes cantidades de acciones lo que llevó a que el mercado se recuperara espectacularmente. A pesar de que las acciones se habían visto favorecidas por las rápidas operaciones de rescate, Lamont se reunió con los gobernadores para advertir que el apoyo de los banqueros iba a ser limitado.


Como había previsto Lamont la calma duró poco, pues al lunes siguiente la situación empeoro; y el 29, martes negro, las pérdidas equivalían a las ganancias de más de un año y medio. Las bajadas continuaron hasta el mes de enero cuando se tocó fondo.

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